Cómo la seguridad industrial protege vidas, negocios y legado
Entrevista con Juan Ramiro de la Fuente Pequeño
Más allá del protocolo, el valor de anticiparse
La seguridad industrial no siempre fue parte del ADN de una empresa. En muchos casos, fue vista como un requisito incómodo, una obligación de trámite o un gasto innecesario. Pero eso está cambiando. En un mundo donde los segundos pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte, y donde un solo incidente puede paralizar operaciones enteras, hablar de prevención ya no es opcional. Es estratégico.
Juan Ramiro de la Fuente Pequeño lo sabe bien. Ingeniero en seguridad industrial, con maestría en dirección y finanzas, y doctorante en gestión de riesgos, es fundador de SIEM (Servicios y Sistemas Integrales de Emergencia). En esta conversación con Hablando de Negocios, nos muestra por qué la seguridad ya no puede improvisarse.
Tres pilares, una filosofía
Para De la Fuente, la seguridad industrial moderna se apoya en tres pilares inseparables:
- La seguridad humana, que protege a todos los que entran a un centro de trabajo: empleados, visitantes, clientes y accionistas.
- La protección de activos, porque el patrimonio de una empresa es mucho más que maquinaria o inmuebles.
- La continuidad del negocio, el gran olvidado hasta que llega una clausura, una sanción o una crisis.
Hoy, estas prioridades ya no se delegan a cualquier perfil técnico. “Antes ponían al ingeniero de sistemas como responsable de seguridad. Hoy, se necesita un especialista preparado. Porque cuando ocurre un accidente, la autoridad no pregunta qué hiciste, sino qué no hiciste”.
Donde fallan los sistemas, hablan las consecuencias
Casos recientes lo demuestran. Un incendio en una tarimera en Monterrey; accidentes viales por falta de señalización; espectáculos sin protocolos mínimos; trabajadores sin equipo de protección ni formación básica. “Todo está escrito”, señala el ingeniero, “desde la altura de un escalón hasta el tipo de extintor requerido”.
Uno de los grandes riesgos es la negligencia eléctrica. Empresas que crecen y multiplican conexiones sin rediseñar instalaciones están jugando con fuego. “Una línea sobrecargada puede fundirse en segundos. El incendio no empieza con llamas, empieza con indiferencia”.
Y esa indiferencia también se traslada al hogar. La Organización Mundial de la Salud advierte: no deberíamos hablar de ‘accidentes’. Deberíamos hablar de fallas en la prevención. Un incendio doméstico, una caída, un descuido eléctrico: todo puede prevenirse.
Difundir la cultura, no el miedo
La clave está en cambiar la narrativa. Dejar de ver la seguridad como un castigo o una imposición, y comenzar a verla como una herramienta de liderazgo y cuidado genuino. Desde el gobierno hasta la última pyme, desde los grandes conciertos hasta las tradiciones culturales como los Voladores de Papantla, todos los actores tienen responsabilidad.
“Prevenir es mucho más poderoso que reaccionar”, concluye De la Fuente. “Y no hay mejor inversión que cuidar la vida, el patrimonio y el futuro”.
En Hablando de Negocios, creemos que liderar también es anticiparse. Y este es un liderazgo que empieza en el cableado, en los conos de seguridad, en los cursos de primeros auxilios. Pero, sobre todo, en una mentalidad preventiva. Porque lo urgente, muchas veces, nos impide ver lo importante.
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