México y la Recesión de 2025: ¿Un Crecimiento Sostenible?
México creció 0.2% en el primer trimestre de 2025. ¿Resiliencia o riesgo de recesión?

La economía mexicana ha mostrado una expansión modesta del 0.2 por ciento en el primer trimestre de 2025, según la estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) publicada el 30 de abril. Este dato, aunque positivo en apariencia, suscita interrogantes fundamentales sobre la verdadera sostenibilidad del crecimiento de México en un entorno global que se torna cada vez más incierto y donde la amenaza de una recesión se cierne con fuerza.
¿Estamos ante un indicio de resiliencia económica, o se trata simplemente de un breve respiro antes de una desaceleración más profunda y prolongada?
Un Entorno Global Desafiante El crecimiento del PIB de México no puede analizarse de forma aislada.
La economía global se enfrenta a una serie de desafíos interconectados que amenazan con desencadenar una recesión en toda regla. La inflación, aunque muestra algunos signos de moderación en ciertas economías, se mantiene en niveles persistentemente elevados, lo que obliga a los bancos centrales, como la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), a aplicar políticas monetarias restrictivas. El aumento de las tasas de interés, si bien tiene como objetivo controlar la inflación, también encarece el crédito, reduce la inversión y restringe el consumo, factores que, en conjunto, pueden precipitar una contracción económica.
Persistencia de la Inflación
Datos proporcionados por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) revelan que, a pesar de los esfuerzos concertados de los bancos centrales, la inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como los precios de los alimentos y la energía, se mantiene obstinadamente por encima de los objetivos establecidos en numerosas economías avanzadas. Esta situación sugiere que las presiones inflacionarias son de naturaleza más estructural de lo que se preveía inicialmente, lo que obliga a mantener las tasas de interés en niveles elevados durante un período más prolongado. Por ejemplo, en Estados Unidos, la inflación subyacente se ha mantenido persistentemente por encima del objetivo del 2% establecido por la Fed, lo que ha llevado al banco central a insinuar la posibilidad de implementar nuevas subidas de tipos en el futuro cercano.
Política Monetaria de la Fed y sus Repercusiones
Las minutas de las reuniones de la Reserva Federal ponen de manifiesto la creciente preocupación entre sus miembros por el riesgo de que se desencadene una espiral salarios-precios, en la que el aumento de los salarios impulse aún más la inflación, creando un círculo vicioso. Esta preocupación ha llevado a la Fed a declarar su firme disposición a seguir aumentando las tasas de interés, incluso a riesgo de provocar una desaceleración de la actividad económica, con el fin de anclar las expectativas de inflación. No obstante, esta política tiene efectos directos y significativos en los mercados emergentes. Las recientes minutas de la Fed indican claramente que los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) prevén un camino largo y arduo para lograr la meta de inflación, y algunos miembros han expresado su inquietud ante la posibilidad de una relajación prematura de la política monetaria.
Efectos en las Economías Emergentes
Analistas de instituciones financieras globales de renombre, como JPMorgan y Goldman Sachs, advierten que el fortalecimiento del dólar estadounidense, resultado directo del aumento de las tasas de interés en EE. UU., incrementa sustancialmente el riesgo de que se produzcan tensiones financieras en aquellos países que tienen un elevado endeudamiento denominado en dólares. Esto se debe a que el servicio de la deuda se vuelve considerablemente más caro en moneda local, lo que puede dar lugar a graves problemas de liquidez y solvencia. Los países que dependen en gran medida del financiamiento externo y/o que tienen historiales de marcada volatilidad en sus monedas son particularmente vulnerables a este fenómeno.
Tensiones Geopolíticas
El conflicto bélico en Ucrania ha desencadenado una profunda crisis energética en Europa, elevando los precios del gas natural y la electricidad a niveles sin precedentes. Esta situación ha afectado negativamente la competitividad de las empresas europeas y ha provocado una desaceleración de la actividad económica en toda la región. Además, las tensiones comerciales en curso entre Estados Unidos y China, caracterizadas por la imposición de restricciones a la exportación de tecnología, generan una gran incertidumbre en las cadenas de suministro globales y ensombrecen las perspectivas de crecimiento del comercio internacional. Las sanciones impuestas a Rusia han tenido efectos dominó en los mercados de energía y alimentos, generando una mayor inflación y una elevada volatilidad. Las tensiones comerciales entre EE. UU. y China continúan siendo un factor de preocupación, con implicaciones significativas para el comercio global y el crecimiento económico a nivel mundial.
La política monetaria de la Fed tiene un impacto particular en las economías emergentes, incluyendo México. Un aumento en las tasas de interés en Estados Unidos fortalece el dólar, lo que puede provocar salidas de capital de países como México, presionando el tipo de cambio y aumentando el costo de la deuda denominada en dólares. Además, una desaceleración en la economía estadounidense, el principal socio comercial de México, afectaría las exportaciones mexicanas y, por ende, su crecimiento económico. A estos factores económicos se suman las tensiones geopolíticas, que generan volatilidad en los mercados, interrumpen las cadenas de suministro y elevan los precios de materias primas clave, como la energía. La guerra en Ucrania y las tensiones comerciales entre las principales potencias económicas son ejemplos de factores que contribuyen a la incertidumbre y pesan sobre las perspectivas de crecimiento global.
El Crecimiento del PIB Mexicano
Luces y Sombras El crecimiento del 0.2 por ciento en el primer trimestre de 2025 representa una expansión, pero su magnitud es modesta. Para evaluar la salud de la economía mexicana, es necesario analizar los factores que contribuyeron a este crecimiento y su sostenibilidad a futuro.
Perspectivas de Crecimiento
El gobierno de México ha revisado a la baja su pronóstico de crecimiento económico para 2025, situándolo ahora entre 1.5% y 2.3%, por debajo de la estimación anterior de 2.0% a 3.0% (Reuters, 2025). Esta revisión refleja las preocupaciones sobre una posible recesión, la debilidad de la inversión residencial y las persistentes perturbaciones en la oferta. Esta nueva proyección del gobierno, aunque calificada de "conservadora" por la Secretaría de Hacienda, se sitúa por encima de las previsiones del sector privado y del Banco de México, lo que genera dudas sobre el grado de optimismo oficial.
Debilidad del Consumo Interno
Si bien las encuestas de confianza del consumidor en México han mostrado cierta resiliencia, impulsada por la creación de empleo y el aumento de los salarios reales en algunos sectores, la persistente inflación continúa erosionando el poder adquisitivo de los consumidores. Esta situación podría limitar significativamente el crecimiento del consumo en los próximos trimestres. El índice de confianza del consumidor, a pesar de haber mostrado cierta estabilidad en los últimos meses, se mantiene en niveles que históricamente se asocian con un crecimiento moderado del consumo. El impacto desproporcionado de la inflación en el gasto de los hogares de bajos ingresos es un factor de especial preocupación.
Recuperación del Sector Servicios
El sector turístico en México ha experimentado una notable recuperación, impulsada por un aumento en la llegada de visitantes internacionales y un incremento en el gasto turístico. Esta tendencia ha beneficiado a diversos subsectores, como el hotelero, el restaurantero y el de transporte. Sin embargo, la reciente fortaleza del peso mexicano frente al dólar estadounidense podría encarecer los viajes a México para los turistas provenientes de EE. UU., lo que representa un riesgo potencial para la sostenibilidad de esta recuperación. Las cifras de ocupación hotelera y gasto turístico muestran una clara recuperación en comparación con los niveles observados durante la pandemia. Sin embargo, la apreciación del peso frente al dólar podría afectar negativamente la competitividad del sector turístico mexicano, al encarecer los paquetes de viaje y los servicios para los visitantes extranjeros.
Contracción de la Inversión Fija Bruta
Datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que la inversión fija bruta en México ha mostrado una preocupante tendencia a la baja en los últimos trimestres. Esta contracción se atribuye a la incertidumbre generada por diversos factores, como la volatilidad del tipo de cambio, las elevadas tasas de interés y las crecientes preocupaciones en torno a la política económica. La persistente falta de inversión no solo frena la capacidad productiva de la economía, sino que también limita su potencial de crecimiento a largo plazo. La inversión en maquinaria y equipo, así como en el sector de la construcción, ha mostrado una contracción significativa en los últimos meses, lo que sugiere una disminución en la confianza de los empresarios con respecto a las perspectivas de crecimiento económico del país.
Desaceleración del Sector Manufacturero
La industria manufacturera mexicana, que está estrechamente ligada a las exportaciones hacia Estados Unidos, ha enfrentado desafíos considerables debido a la desaceleración de la demanda externa. Diversos indicadores, como el Índice de Gerentes de Compras (PMI) manufacturero, han mostrado una contracción en la actividad en los últimos meses, lo que sugiere una disminución en la producción y un menor crecimiento de las exportaciones. El PMI manufacturero ha registrado niveles persistentemente por debajo de 50, lo que indica una clara contracción de la actividad industrial.
Esta situación se debe, en parte, a la desaceleración de la economía estadounidense, el principal socio comercial de México, y a la creciente incertidumbre que rodea al comercio internacional. Es posible que el consumo interno haya jugado un papel importante, impulsado por factores como el aumento del empleo y los programas sociales.
El sector servicios, incluyendo el turismo, también podría haber mostrado dinamismo. Sin embargo, es crucial considerar que estos factores pueden ser sensibles a un deterioro en las condiciones económicas. Por otro lado, la inversión fija bruta, un indicador clave de la confianza empresarial y el potencial de crecimiento a largo plazo, podría estar siendo afectada por las altas tasas de interés y la incertidumbre. De igual manera, el sector manufacturero, estrechamente ligado a las exportaciones, podría verse perjudicado por la desaceleración de la demanda externa, especialmente de Estados Unidos.
Implicaciones para Empresarios e Inversionistas
Ante este panorama económico complejo y desafiante, ¿cómo deben interpretar los empresarios e inversionistas el modesto crecimiento del PIB mexicano? ¿Qué implicaciones concretas tiene este dato para sus decisiones de inversión y sus estrategias de negocio a corto, mediano y largo plazo?
Incertidumbre en las Perspectivas de Crecimiento
La reciente revisión a la baja de las previsiones de crecimiento económico por parte del gobierno mexicano subraya la creciente preocupación que existe en torno a la trayectoria económica del país. Si bien el gobierno continúa proyectando un crecimiento positivo, la proximidad de estas estimaciones al umbral que define una recesión técnica (dos trimestres consecutivos de contracción del PIB) genera una creciente inquietud entre los analistas y los participantes del mercado.
Oportunidades y Riesgos en el Mercado Interno
El relativo crecimiento del consumo interno presenta oportunidades interesantes en diversos sectores, como el comercio minorista, los servicios y la producción de bienes de consumo. No obstante, es de vital importancia tener en cuenta que la persistente inflación y un posible deterioro de las condiciones del mercado laboral podrían afectar negativamente la capacidad de gasto de los consumidores, lo que a su vez impactaría la rentabilidad de las empresas en estos sectores. En este contexto, las empresas deben llevar a cabo una evaluación exhaustiva de la sensibilidad de la demanda a las variaciones en los precios, así como un seguimiento puntual de la evolución del mercado laboral, al momento de tomar decisiones cruciales relacionadas con la inversión y la fijación de precios.
Exposición al Entorno Externo
La elevada dependencia de México de las exportaciones hacia Estados Unidos sigue representando un factor de riesgo significativo para la economía nacional. Analistas de diversas instituciones financieras de renombre coinciden en que una posible recesión en la economía estadounidense tendría un impacto profundo y significativo en la economía mexicana, afectando no solo a las exportaciones, sino también al flujo de remesas y a los niveles de inversión. Ante esta situación, la diversificación de los mercados de exportación y la implementación de estrategias de cobertura contra los riesgos cambiarios se presentan como medidas clave para mitigar la exposición al volátil entorno externo y proteger los intereses de las empresas y los inversionistas.
Disyuntiva de la Política Macroeconómica
Las decisiones que adopte el Banco de México (Banxico) en materia de política monetaria serán determinantes para el rumbo de la economía mexicana en los próximos trimestres. Las minutas de las reuniones de la Junta de Gobierno del Banxico revelan un debate en curso entre mantener una postura restrictiva para controlar la inflación o flexibilizar la política monetaria con el objetivo de respaldar el crecimiento económico. La decisión final que se tome al respecto dependerá en gran medida de la evolución futura de la inflación, las expectativas del mercado y la postura adoptada por la Reserva Federal de Estados Unidos. Asimismo, la política fiscal que implemente el gobierno mexicano jugará un papel crucial en el esfuerzo por apoyar el crecimiento económico y gestionar de manera eficiente la deuda pública. En este sentido, diversos expertos en finanzas públicas han expresado su preocupación por el aumento del gasto público en ciertos rubros, lo que podría poner en riesgo la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo.
El Banxico ha reiterado su firme compromiso de mantener la estabilidad de precios, pero también ha reconocido los evidentes riesgos que se ciernen sobre el crecimiento económico. La política fiscal del gobierno está siendo objeto de un escrutinio cada vez mayor, con debates en curso sobre el nivel de endeudamiento y la eficiencia del gasto público.
Para los empresarios e inversionistas, la clave reside en una gestión prudente del riesgo y en un análisis exhaustivo de los datos económicos y las tendencias globales. Es fundamental diversificar mercados, fortalecer la eficiencia operativa y estar preparados para un entorno económico volátil.
El gobierno y el Banco de México tienen la responsabilidad de implementar políticas macroeconómicas prudentes que fomenten la estabilidad, atraigan la inversión y apoyen un crecimiento sostenible a largo plazo. Esto incluye mantener la disciplina fiscal, garantizar la autonomía del banco central y promover un clima de negocios favorable.
La economía mexicana tiene el potencial de crecer, pero para lograrlo en el contexto actual, se requiere de una estrategia integral que aborde los desafíos internos y externos. El crecimiento del primer trimestre es un punto de partida, pero el camino hacia un crecimiento sostenible y resiliente aún está lleno de obstáculos.
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