Vocación de Servicio: El Reto de Ser Bombero en Guadalupe, Nuevo León
Entrevista con Comandante Ismael Duarte Ovalle
“No es fácil, es un trabajo muy difícil, pero es una profesión muy bonita y que te da muchas satisfacciones.” Así resume su labor el Comandante Ismael Duarte Ovalle, director del H. Cuerpo de Bomberos de Guadalupe, Nuevo León, con más de 25 años al servicio de la comunidad.
Esta entrevista exclusiva de Hablando de Negocios nos sumerge en una historia de vocación, resiliencia institucional y liderazgo operativo, pero también de carencias, riesgos crecientes y un llamado urgente a la prevención como eje estratégico de la seguridad ciudadana.
Una historia forjada con voluntad
El Patronato de Bomberos de Guadalupe nació hace 46 años en un contexto desafiante: una estación vacía, sin personal ni equipo. Gracias a la iniciativa del presidente del patronato, José Treviño Cañamar, y al respaldo ciudadano, hoy Guadalupe es uno de los municipios mejor equipados del estado.
El modelo actual es híbrido: 50% de los recursos provienen del municipio (infraestructura y salarios), y el otro 50% del patronato (equipamiento y operatividad). Este binomio ha permitido construir una organización sólida con cinco estaciones activas, más de 60 bomberos operativos, 80 voluntarios y un parque vehicular de aproximadamente 50 unidades.
Más allá del fuego: una labor integral
Aunque su misión principal es la extinción de incendios, el Cuerpo de Bomberos de Guadalupe ha ampliado sus funciones: rescates vehiculares, en ríos y espacios confinados, atención a fugas de gas, enjambres de abejas, operativos de apoyo en frío extremo y sequía. También se han convertido en un referente en capacitación para brigadas empresariales, instituciones educativas y la ciudadanía.
La cobertura alcanza de 3,500 a 4,000 servicios al año —un promedio de 11 a 12 servicios diarios— y en momentos críticos como la reciente ola de incendios por condiciones climáticas extremas, el número diario ha llegado hasta 50 incidentes.
Retos que arden: crecimiento urbano sin prevención
El crecimiento urbano e industrial no ha venido acompañado de una planificación adecuada en infraestructura preventiva. Un ejemplo crítico es la falta de hidrantes: “Tenemos 500, pero por norma deberían existir cada 200 metros. Están muy separados”, advierte Duarte.
Los incendios más comunes en la zona metropolitana incluyen terrenos baldíos y casas habitación. En las industrias, los siniestros son menos frecuentes gracias a la rápida respuesta, pero el riesgo sigue latente: instalaciones eléctricas antiguas, sistemas contra incendios deficientes y acumulación de residuos en parques industriales son focos de alto peligro.
El comandante ilustra el punto con un caso reciente: una fábrica en Apodaca perdió todo porque su red contra incendios falló. “Sale más barato limpiar un terreno que perder una fábrica”, sentencia con contundencia.
La cultura de la prevención, una inversión de vida
Para Duarte, la prevención no es solo un complemento: es la esencia de la seguridad. Desde instalar detectores de humo y extintores CO₂ en casas, hasta capacitar brigadas empresariales en manejo de materiales peligrosos, todo suma a una comunidad más resiliente.
Sin embargo, la conciencia ciudadana sigue rezagada. “La gente sale corriendo y deja la estufa encendida o una plancha conectada. No le damos importancia al sistema eléctrico hasta que hay un incendio”, lamenta el comandante.
También destaca la necesidad de educación continua: programas en escuelas, simulacros empresariales, campañas de concientización y colaboración interinstitucional son claves para transformar comportamientos.
La Academia: una fábrica de héroes
Uno de los logros más importantes del Comandante Duarte es la fundación de la Academia de Bomberos de Guadalupe, única en su tipo en el estado. Con 16 años de trayectoria, ha graduado gratuitamente a más de 500 bomberos, muchos de ellos ahora en activo en diversos municipios de Nuevo León.
Su modelo se basa en formación teórico-práctica durante un año, con módulos que abarcan desde incendios estructurales hasta rescates en altura, atención prehospitalaria y gestión de riesgos. También mantiene vínculos de colaboración con academias internacionales en Texas, Chicago y Los Ángeles.
En palabras del propio comandante: “Un cuerpo bien capacitado es la mejor herramienta para enfrentar cualquier contingencia”.
Sostenibilidad, participación y futuro
El Cuerpo de Bomberos de Guadalupe se sostiene gracias a un sistema mixto de financiamiento. Las aportaciones privadas, canalizadas por el Patronato, son deducibles de impuestos y pueden hacerse en efectivo o en especie. Los interesados pueden contactar a la institución al 4040-0021 o 4040-0022.
Los retos de sostenibilidad persisten. Se requieren recursos para renovar equipo dañado, ampliar estaciones y fortalecer la academia. El comandante lanza una invitación clara a la iniciativa privada: “Apoyar a los bomberos es proteger lo más valioso: vidas y patrimonio”.
Reflexión final: un llamado a la acción colectiva
La conversación con el Comandante Duarte no es solo un recorrido por la operación de una institución clave. Es un recordatorio de que la seguridad no puede improvisarse, y que la prevención no es un gasto, sino una inversión estratégica.
En Hablando de Negocios, creemos que las historias de vocación, liderazgo y resiliencia institucional son esenciales para comprender el tejido que sostiene a nuestras comunidades. El reto de ser bombero es también el reto de una sociedad más consciente, solidaria y preparada.
Porque, como bien lo dijo el comandante, “servirle a la comunidad es algo muy especial y muy digno. Y cuando suena la sirena, cada segundo cuenta”.
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